Ingredientes Poderosos
Si eres alguien que aprecia la “hora dorada” –ya sabes, el momento del día justo antes de que se ponga el sol, cuando la luz es perfecta y tu piel se ve radiante, lisa y sin poros abiertos-, definitivamente deberías probar los alfa hidroxiácidos (AHAs). De esta forma, disfrutarás el efecto de belleza de la “hora dorada” durante todo el día.
Adiós opacidad
¿Has oído sobre el ácido glicólico, el ácido lácteo y el ácido cítrico? Todos ellos son los AHAs, una familia de exfoliantes químicos que ayudan a desprender las células muertas de la piel al disolver los eslabones que los mantienen juntos. Esto significa que las células opacas se pueden remover de la superficie de la piel de una forma mucho más fácil, dejando ver por debajo una piel fresca, suave y saludable. En fórmulas más avanzadas como Clinique iD Active Cartridge Concentrate for Pores & Uneven Texture, las células reactivadas se regeneran de una forma delicada pero a la vez súper efectiva.
Hola, radiante
Prepárate para una dosis satisfactoria de gratificación instantánea, ya que la piel se ve inmediatamente con una apariencia fresca, y generalmente más refinada. Los AHAs no solo reducen la apariencia de las manchas de sol y le dan una luminosidad general, sino también le dan suavidad a la piel áspera y además reducen la apariencia de los poros agrandados. El uso regular se revela en una mejora en el resplandor general y en una textura más lisa de la piel.
Iluminación para todos
No hay nada de que preocuparse cuando se utilizan los AHAs, a pesar de que son técnicamente unos “ácidos”. No son abrasivos y son usualmente combinados con ingredientes calmantes que complementan su eficacia. Aunque los apliques en grandes cantidades, con más de aquella dosis diaria recomendada, no conseguirás resultados más rápidos o mayores; re-texturizar la piel lleva tiempo, por lo que debes ser paciente. Además tu piel también necesita tiempo para poder acoplarse a los nuevos ingredientes. Si en particular tienes piel sensible, empieza utilizando los AHAs de vez en cuando, hasta lograr utilizarlo diario. Con el uso constante, parecerá que la “hora dorada” te sigue a todos lados.